Relatos de la 5ª

Recuerdos de la 5ª Brigada Mercenaria de Rochester

Recuerdos de la 5ª Brigada Mercenaria de Rochester

 

Ebro, Marca de la Periferia, Antigua Federación de Soles, Fecha indeterminada.

-Abu, Abu. Cuéntame otra vez las historias esas de los Solitarios. – Correteaba un pequeño muchacho no mayor de 5 años, alrededor de un hombre ya entrado en años, y que miraba con orgullo la energía que derrochaba su nieto.

-Bueno, hijo… por dónde empezar…-

– ¡Diego, vete a dormir y deja al abuelo tranquilo con sus historias, que lo mareas! – Se oyó la voz de una mujer joven, trasteando en la cocina. –

-Padre, deje de meterle fantasías al niño en la cabeza. todavía es muy joven… y no quiero que se obsesione con que ser un mechwarrior. Hay otras profesiones mejores en la vida, y menos arriesgadas. –

Los ojos del hombre brillaron por un momento con furia, pero la guardo en un oscuro lugar de su mente. Si ella supiera que no hay nada que te haga sentirte más vivo que pilotar un mech. Cerro los ojos y suspiro para relajarse.

-Está bien hija, no le …. No mami, quiero escuchar los cuentos del abu antes de dormir, porfa, porfa-. Le suplicaba el niño dando vueltas alrededor de su madre.

-Solo una o dos… si no, no me duermo…porfa, porfa. Esta bien Diego. Padre cuéntele alguna, pero que no tenga mucha violencia, o que no tengan cosas sobre mujeres … que le conozco-. Cedió la madre.

-Está bien hija. Vamos Diego. Acuéstate y te cuento algo de los mechwarriors de los Solitarios.

El niño subió al piso superior hasta su habitación, subiendo las escaleras de dos en dos; mientras el abuelo resoplaba subiéndola de una en una, sintiendo el crujir de las rodillas.

La habitación del niño tenía una un diseño sencillo, cama, mesita de dormir, y armario. Pero de las paredes colgaban pósteres de las banderas de algunas de las más importantes unidades mercenarias de la historia de la esfera interior.  Los demonios de Kell, los dragones de Wolf, los montañeses de Northwind, la caballería ligera de Eridani, el equipo Banzay…

Pero había una muy especial presidia en un lugar de honor. Un escudo con una cabeza de un leopardo de las nieves a punto de salir de él, rugiendo con fiereza en la mirada. Con dos frases memorables, una encima: “Corre muchacho ya, no te detengas más” y otra debajo: “No temas, que nos teman”. El escudo de la 5ª Brigada Mercenaria de Rochester, “los Solitarios”.

Juguetes con forma de distintos battlemechs, poblaban las estanterías de la pequeña habitación. Un Atlas, un jagger, un locust…una gran diversidad, acompañados de otros juguetes típicos de cualquier crio.

El niño se acostó y el abuelo acerco una silla a la cabecera de la cama. El niño miro a su abuelo expectante mientras este cerraba los ojos para poner en orden los recuerdos. – Venga Abu, que te duermes-.

EL abuelo sonrió, condenado niño, no para. En fin, es la forma de que tengo que transmitirle mi legado. Un legado grandioso, que corre por mis venas y un día correrá por las suyas.

– ¿Te he contado como la 5ª tubo que atravesar media esfera interior, para salvar a uno de sus jefes, ¿Oxi, porque era mujeriego, digo habilidoso con las mujeres? – No abu, no sé nada de mujeriegos, ¿qué es eso? -.

Vaya, pensó el abuelo. Que se me va la pinza y mi hija ha dicho nada de mujeres. Y como lo oiga tengo bronca.

-Espera Diego, esa es muy aburrida. pero abuelo ¿no sé lo que son mujeriegos? – Mierda, el niño al final me mete en un lio. Se otras mejores. ¿A que no te he contado quienes eran los valientes mechwarriors que se enfrentaron a los clanes en Botana Bay? Cuando la Mancomunidad envió a la 5ª, tras la líneas de los Clanes, para destruir una torre de comunicaciones planetaria, y evitar que los Clanes se dieran cuenta del contrataque que iba a comenzar los Liranos sobre su puerta trasera-. El niño pareció interesado y el abuelo suspiro por fin se había olvidado de la dichosa palabrita.

-Pues un puñado de valientes, con solo dos lanzas, interrumpieron en una base de los clanes, y después de una lucha encarnizada, en la que casi pierden a uno de sus jefes. Bien abu, sigue, sigue.

Pues varios los mechwarriors que lucharon ese día, fueron tiempo después muy famosos. Estaba Bolzai, con su dragón, un personaje curioso; su cañón automático, era el terror de las filas enemigas, y nuestro… porque nunca sabias a quien iba a atizar primero. Inocente y alegre, siempre nos hacia reír. Qué pena que lo perdimos en la batalla de rescate en Gibraltar, era un gran amigo.

Pajilleitor … Paji que. -pregunto el niño con los ojos abiertos. Dios que niño las caza todas, pensó el abuelo. Noi, se llamaba Noi, hijo… que me he equivocado. – y el niño asintió como que lo había entendido. Noi. – continuo el abuelo. Era un guerrero intrépido, que tenía la facultad de perderse en medio de la batalla y quedarse dormido, (sobre todo cuando las cervezas, el vino y otras cosas nublaban su mente, pero eso no se lo digo al niño). Pero cuando no, su Firestarter era la perdición del enemigo… y como no su jovialidad. se reía de todo y de sí mismo. Tenía mucha cultura y antes de ser un mercenario, llego a ser político… de lo cual se cansó y siguió con nosotros mucho tiempo.

Luego estaba, el Hombre del Saco, un mechwarrior jovencísimo, que hablaba por los codos, porque tenía una curiosidad innata propia de su juventud, pero cuando manejaba su Bansee y cerraba la boca, era el terror en la batalla. Pero como era muy joven, se cansó de tanta sangre y se fue hacer carrera, no sé si triunfo o no, pero no lo vimos más.

Otro era Remthyer, que entro y salió varias veces de la 5ª.  Tenía dos defectos, uno que hablaba mucho, y otro que el mech que cogía se estropeaba en medio de la batalla. Su frase más famosa, nos abrumaba cada vez que la oíamos en medio del combate: “Chicos tengo que reiniciar otra vez”; y se nos caía el alma los pies. Siempre llevaba un Awesome, con misiles, y era una parte de nuestro fuego de cobertura, y en el peor momento, dejaba de funcionar… Claro que siempre estaba toqueteando dentro de los controles de su mech, y no sabemos lo que hacía; pero nos sacaba de quicio tanto a nosotros como a los tech de la unidad. Pero era un buen chico, menos mal que nos dejó, y solo le veíamos en la taberna… ufff.

Teníamos a Davidcb, buen soldado, callado en la batalla, el más obediente recibiendo órdenes. Pero qué carácter. Con ascendencia militar, tenía una visión de las cosas muy cuadriculada, y si se salían de esta visión, se descontrolaba su carácter y a veces el enemigo eran sus propios compañeros. Peso a esto, era el mejor cubriéndote las espaldas con fuego de cobertura de su Catapult, siempre ponía en el misil en el cul…digo en la zona donde estaban los enemigos. Qué pena que también lo perdiéramos en la batalla de Gibraltar.

Oxi cuantos buenos guerreros nos costó tu salvación, pensó el abuelo.

Luego estaba el granjero, Elias Baley.  Al principio, pensaban en la 5º que era un engaño que nos habían enviado desde Canopus. Que desastre, se quedaba dormido en las reuniones o llegaba tarde. En los entrenamientos no daba pie con bola, o entorpecía más que ayudaba. Vino como un fichaje de elite, alguien que había vencido el solo a una unidad pirata en su planeta de origen, con un agromech. Pero no había por donde cogerlo. Pero después, poco a poco, batalla tras batalla, fue madurando como mechwarrior, hasta suplir en el cargo de jefe de intendencia al mismísimo Drago. Su Griffin, fue legendario, en el combate, y cuando salvo a Escudo en Botana Bay, su suerte cambio para siempre. Respetado y querido por todos, siempre estaba ahí cuando lo necesitabas. Pero tenía una sombra negra. Siempre se iba de viaje a los planetas de vacaciones más lujosos, cuando a la 5ª le llegaba lo justo para su manteamiento y reparaciones. Hubo sospechas de desfalco, pero nunca se demostraron. En fin, un gran amigo.

Y qué decir del ultimo Oxi, uno de los tres fundadores de la 5ª. Venía de un aeropuerto espacial, y aburrido de la vida cotidiana, se enrolo con mercenarios para tener más emociones en su vida. Pronto se demostró que era uno de los mejores guerreros de la esfera interior. Era capaz de destrozar una compañía enemiga, sin que le temblara el pulso. Su King Crag, “Sebastian “, no tenía rival, sus cañones automáticos destrozaban a cuantos enemigos se ponían delante de ellos. Su capacidad de reclutamiento era legendaria en toda la espera interior. Gracias a él, la 5ª paso de tener 3 miembros, a convertirse, en una brigada con casi 350 mechwarriors. Lo perdimos durante un par de años, porque tenía una debilidad, las mujeres y casi le costó su vida y la existencia de la unidad. Su rescate en la batalla de Gibraltar nos costó la mitad de las fuerzas, pero vencimos. Cuantos buenos muchachos perdimos en esa batalla. Pero como siempre dijimos: “un Solitario, no abandona nunca a otro Solitario, cueste lo que cueste”. Ese día lo cumplimos, y desde entonces la 5ª BMR, tuvo muchos contratos con las casas sucesoras y creciendo y creciendo para hacer historia. Que gran mechwarrior y que gran amigo.

La pena envolvió las últimas palabras del abuelo, que recuerdos tan buenos y a la vez triste inundaban la mente. Pero miro a su pequeño, que ya bosteza con los ojos cerrados, y la visión de la inocencia, borro toda penuria de su mente. Miro hacia donde estaba el escudo de la 5ª, el escudo de su unidad, y un sentimiento de orgullo lleno su corazón. Mi unidad, mis amigos, mi vida. La 5ª Brigada Mercenaria de Rochester, “los Solitarios”.

-Duermes Diego-. Le pregunto el abuelo a su nieto. Y entre murmullos, oyó decir a su nieto: Si abu Escudo.

Una sonrisa le llego a los labios.

Sintió una presencia a su espalda, y vio a su hija pequeña Sofía, – ¿Duerme Padre? -. Si hija.

Y cuando los dos salían por la puerta, se oyó decir al pequeño. – ¿Pero que es un mujeriego? –

La hija miro con ojos enfadados al padre, y el abuelo pensó, condenado niño, me la ha vuelto hacer otra vez.